Sabíamos que la Laguna Negra nos depararía numerosas sorpresas, unas buenas y otras malas, pero nada podía prepararnos para el gran desconocimiento por parte de los autóctonos de ese ser universal llamado "Internet". Esto ha provocado que nos haya llevado dos meses poder conectar el asentamiento con el mundo exterior.
El primer aspecto preocupante de este asunto es el hecho de que a los encargados locales de difundir internet no les interese lo más mínimo cumplir con su labor. Hicimos varios intentos de acercamiento y de confraternización para intentar que lo compartiesen con nosotros, pero nos ignoraron de la forma más cruel. Mientras seguíamos buscando a alguien que estuviese dispuesto a negociar con nosotros, nos fuimos dando cuenta de que el comportamiento de internet en la Laguna Negra difería del que conocíamos. Aquí no solamente hay que lidiar con su velocidad de descarga (investigaciones sitúan al lugar en el 61 puesto del ranking mundial, frente al 38 de España), sino que tienen al pobre ser limitado en sus cantidades de descarga. Un triste ejemplo es el de un proveedor que se atrevía a afirmar que 15Gb al mes eran algo próximo a la descarga ilimitada... Lo peor de todo es el precio que se cobra por tan triste uso, sin olvidar el costo adicional de dar de alta y mantener una línea fija.
De modo que íbamos recorriendo la Laguna en busca de una solución y desesperando hasta que un buen día nos colaron un papel por la puerta del refugio y pensamos que quizás habíamos encontrado el final a nuestras penurias. Un sistema 4G (= ahorro de la línea) con descarga ilimitada a una velocidad de (hasta) 7Mb por un precio asumible. Y así fue como establecimos contacto y contratamos el servicio. Sin embargo, nuestros problemas estaban lejos de haber terminado.
Tras una gestión bastante ágil, se pusieron en contacto con nosotros para hacernos entrega del equipo de conexión. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando el autóctono encargado de la transacción nos llamó para decir que no conseguía encontrar la ubicación del asentamiento puesto que no aparecía en "su" mapa. A pesar de que el asentamiento se encuentre en un lugar céntrico de la Laguna y de las explicaciones proporcionadas, el emisario no solo no llegó sino que tampoco volvió a ponerse en contacto con nosotros. Envalentonados [y cabreados] por nuestro mayor conocimiento del medio de la Laguna Negra, presentamos un par de reclamaciones y la respuesta cuatro días después fue como sigue:
"Hi Nuria,
This is actually out for delivery in the van at the moment so you should have it any day! Apologies for the delay.
Kind regards"
Esto se hizo realidad cuatro días más tarde.
¡Y por fin teníamos internet -ilimitado- en casa! ... Escasas 24 horas de máxima felicidad hasta comprobar que la velocidad de descarga rara vez alcanza los 3Mb de velocidad. Ahora nos dedicamos a testear la conexión cada 2 o 3 horas en pos de hacer un seguimiento de varios días con una gráfica de la patética conexión que tenemos y poder empezar a mandar mensajes reclamando nuestra conexión de 7Mb... y si no, pues... mataremos a alguien.
1 comentario:
¿Cómo va eso? ¿hay cadáveres ya? Y yo que pensaba que aquí éramos tercermundistas con la "cuestión internet"... cuán inocente soy, jajaja
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